Especie exótica, el eucalipto llega a Europa a principios del siglo XVIII. Su hábitat original lo encontramos en el sur de Australia (Victoria), Tasmania y las islas del Estrecho de Bass, se ha adaptado perfectamente al clima peninsular, desarrollándose en amplias zonas de toda la cornisa cantábrica.
El eucalipto blanco o albar (Eucalyptus Globulus, Labill) es la especie más frecuente de este género en la región cantábrica.
Situación: Siempre ha de situarse en el exterior, tanto en verano como en invierno. Si las heladas son bruscas o repetitivas, el Eucalyptus Globulus resulta mucho más sensible, soportando difícilmente más de 8 o 10 días de helada al año (sin embargo, su pariente el Eucalyptus Nitens, variedad más resistente, soporta sin problemas temperaturas de -12º C, y más 50 días de heladas al año, e incluso nevadas).
Luz: Requiere bastante luz, prefiriendo un emplazamiento a pleno sol (mejor con orientación sur), a ubicaciones umbrías.
Suelo: El eucalipto, a diferencia de otras especies, no resulta especialmente exigente con el tipo de suelo, siendo capaz de crecer en circunstancias extremas (sustratos pobres y ácidos).
Aunque su mejor crecimiento lo obtendremos en suelos arcillosos, ricos en sílice, con valores de pH entre 5 y 7.
Necesita un buen drenaje y las vasijas serán de profundidad media .
Riego: Es un árbol poco exigente en cuanto a cantidad y calidad del agua de riego, requiere un riego moderado y dejando secar someramente entre riego y riego, incrementando ligeramente en las épocas de mayor calor. Se desarrolla perfectamente en un suelo que conserve humedad media.
En cuanto al ambiente, precisa una humedad media. Bastará con pulverizar agua de vez en cuando.
Abonado: Hay que tener cuidado con el tipo de abono y el modo de actuar. El eucalipto es un árbol poco exigente en cuanto a materia orgánica, basta con añadir un abono sólido granulado de nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), como, por ejemplo, 8:24:16 (N8-P24-K16). Si bien el nitrógeno es fundamental para el crecimiento de la planta, un exceso puede ser muy perjudicial, por lo que hay que evitar los abonos ricos en nitrógeno como el triple 15 (N15-P15-K15).
Pinzado y poda: El momento ideal para realizar el pinzado sobre los brotes más jóvenes será durante el período vegetativo anual (primavera y principios del verano: marzo - junio), preferiblemente durante el mes de mayo.
Su poda de formación deberá iniciarse en edades tempranas del ejemplar (entre 1 y 2 años): cuanto más joven es el árbol más fácilmente se realiza el trabajo. El corte se dará en las ramas o bifurcaciones lo más próximo posible al tallo principal sin dañar la corteza de éste, y aplicando inmediatamente crema cicatrizante, que ayudará a minimizar la pérdida de savia, así como a prevenir posibles infecciones y enfermedades.
La poda nunca será durante el período de máximo desarrollo del árbol, con el objeto de evitar que la pérdida de savia se traduzca en un freno a su desarrollo. Una buena época para realizar la poda será justo antes del inicio del período vegetativo (mediados-finales del invierno), momento en el cual el árbol comienza a despertar del letargo invernal, con energías renovadas que favorecerán una rápida cicatrización.
Alambrado: El eucalipto es un árbol que admite sin problemas el alambrado como técnica de modelado. Sin embargo, su crecimiento, eminentemente vertical, permite un fácil control por medio de la poda y el pinzado. Se mantendrá el alambre entre 6 y 8 meses en el árbol, siendo la época más indicada a finales del invierno, poco antes del comienzo del período vegetativo, o, incluso, en las primeras semanas de éste.
Trasplante: Es preferible realizar esta operación antes de la brotación (durante los meses de febrero y marzo). Para su trasplante en verano es necesario que el cepellón esté bien humedecido para que aporte a la tierra añadida a la maceta o bandeja parte del agua necesaria para su arraigo. Las raíces se podarán siguiendo criterios generales, y deberá favorecerse la generación de un sistema radicular amplio (que compense en capacidad de absorción de nutrientes a la longitud y profundidad natural que suele alcanzar). Hay que tener en cuenta que las raíces del eucalipto tienden a adquirir gran profundidad en su estado natural. Por tanto, habremos de prestar especial atención a la poda de aquellas que tiendan a enfocar su crecimiento hacia abajo.
Reproducción: Se puede reproducir mediante injerto y semilla, preferiblemente. Aunque es recomendable su adquisición en viveros cualificados.
Variedades: Para aquellos que precisen de variedades más resistentes al frío que el Eucalyptus Globulus, se relacionan otras seguidamente, con indicaciones térmicas:
Eucaliptus globulus: de -4º a 23º C; temp. media del mes más frío: 4º C; días de helada/año: hasta 10.
Eucaliptus nitens: de -10º a 24º C; temp. media del mes más frío: -2º C; días de helada/año: hasta 150.
Eucaliptus delegatensis: de -9º a 21º C; temp. media del mes más frío: -0º C; días de helada/año: hasta 100.
Eucaliptus obliqua: de -9º a 32º C; temp. media del mes más frío: 2º C; días de helada/año: hasta 100.
Eucaliptus dalrympleana: de -11º a 27º C; temp. media del mes más frío: 0º C; días de helada/año: hasta 100.
Eucaliptus regnans: de -7º a 23º C; temp. media del mes más frío: 0º C; días de helada/año: hasta 60 .